
Como parte de mi trabajo desde hace 10 años para la promoción de la investigación aplicada en el ámbito de la biotecnología médica, mantengo reuniones periódicas con investigadores y emprendedores que suelen ser todas ellas de gran interés.
Esta tarde acabo de terminar una multiconferencia con investigadores del CNIC- Instuto de Salud Carlos III, en donde me han estado explicando un fenómeno que me ha parecido muy atractivo. Se denomina "La inmunidad entrenada".
Como es sabido, el sistema inmunológico (formado por leucocitos que se desplazan por el torrente circulatorio y penetran en los tejidos con el objetivo de detectar y atacar a microorganismos y a otros invasores) se comporta de un modo innato (natural) o aquirido (vacunación)
Las vacunas tradicionales tienen enormes ventajas, pero se limitan a microorganismos muy concretos frente a los cuales se han desarrollado, y por lo tanto resultan ineficaces si el patógeno que causa la enfermedad es diferente o modifica su estructura. En cambio, la inmunidad innata proporciona una defensa inmediata frente a infecciones de forma no específica. La inmunidad innata se denomina así porque es congénita y proporciona una respuesta instantánea a los invasores.
En condiciones normales la inmunidad innata no tiene memoria. Está preparada para contraatacar con anticuerpos a todo antígeno que entre en el cuerpo sin especificar cual. Se puede decir que no mantiene un registro de los antígenos extraños específicos y no ofrece por lo tanto una protección preestablecida frente a una futura infección producida por el mismo patógeno. Es decir, cada vez que se produce una infección comienza de nuevo todo el proceso, que incluye la consabida respuesta inflamatoria, con todo lo que ello conlleva, y cuando esta respuesta se sale de control, el desastre final.
Pero estudios recientes han demostrado que la inmunidad innata puede ser entrenada para recordar de forma duradera una estimulación previa. Las células inmunes innatas, cuando son provocadas por ciertos estímulos, experimentan cambios duraderos que resultan en una respuesta mejorada a un segundo desafío por los mismos o incluso diferentes patógenos. Con ello podría conseguirse, en cierta manera, las ventajas de las vacunas (su capacidad de "recordar" el patógeno) y las ventajas de la inmunidad innata (la reacción inmediata ante cualquier invasor).
Una de las hipótesis que están precisamente en estos momentos en el candelero, para tratar de explicar por qué a los niños les afecta muchísimo menos el Covid19, es que tal vez la vacuna contra el sarampión que todos ellos han recibido podría estar actuando como "entrenador" para generar una defensa más potente y duradera contra otro virus, aunque diferente.
La inmunidad entrenada puede ser de aplicación en varios campos, y en particular como medida preventiva en colectivos determinados. Por ejemplo en personas mayores que son más sensibles a ataques de nuevos patógenos, debido al deterioro general que va sufriendo el cuerpo con la edad.
Este grupo de investigación del CNIC está trabajando en estos momentos para verificar si la inmunidad entrenada puede tener aplicación en las infecciones por coronavirus, probablemente como coadyuvante de otros tratamientos, a fin de multiplicar la capacidad de defensa del sistema inmunitario y evitar el tan temido repunte del próximo otoño.
- blog de javier.villoslada
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